La Vanguardia es un diario que no deja de sorprender. Hoy reproduce a la agencia EFE, la que informa sobre los antecedentes legales y sobre las nacionalidades de los 9 detenidos en las cargas policiales de ayer (diría “incidentes,” pero es que fueron simplemente cargas).
La noticia es 100% surrealista. Primero se dedica a desgranar el historial legal de algunos de los detenidos. “Dos de las nueve personas detenidas en los enfrentamientos registrados en los últimos días en Madrid entre «indignados» y la Policía tienen antecedentes por robo con violencia, robo con fuerza, intimidación, resistencia, desobediencia y utilización de la violencia.” Vamos, unos quinquis. Destaca la intencionalidad de incluir los antecedentes legales de estos detenidos. Da la impresión de que, ante la falta de delitos a imputar y ante la ausencia de violencia en los incidentes de ayer, ha habido que bucear en los antecedentes de los detenidos para legitimar la operación policial ante los medios.
Entre estos nueve también hay, ¡atención!, “un ciudadano argentino, un hondureño y un portugués.” Inmigrantes, claro. Delincuentes por naturaleza: “Este último acumula 11 antecedentes en España por robo con violencia, robo con fuerza y lesiones, entre otros, mientras el ciudadano hondureño tiene ocho antecedentes por robo con violencia, daños y atentado a la autoridad”. La única pega es que no hubiera ningún español de origen marroquí entre los detenidos: el lector hubiera vinculado las detenciones a los inmigrantes delincuentes de manera mucho más convincente e inmediata.
“Otro de los detenidos cuenta con antecedentes por conducción temeraria de vehículo a motor”. En resumen: quinquis, inmigrantes, y conductores enloquecidos. Así nos pinta la Delegación de Gobierno a los manifestantes del 15 M.
Pero es que, además, de acuerdo a esta noticia, la Delegada afirma que “la Policía actuó anoche, en los enfrentamientos que tuvieron lugar ante la sede del Ministerio del Interior, «con la máxima firmeza con los violentos» de la misma manera que ha sido muy respetuosa «con los pacíficos» y siempre «de acuerdo con los principios de proporcionalidad y congruencia».” No se sabe muy bien quienes eran “los violentos” y “los pacíficos”. La verdad es que mirando el vídeo colgado en Youtube, podemos afirmar que los únicos violentos fueron los policías (esto me suena…).
Aparte de pegar gratuitamente a los manifestantes, quienes ni siquiera alzan el brazo para responder a las agresiones, no hay más que mirar el tratamiento que le dan al fotógrafo Gorka Ramos, quien además de acreditarse como periodista estaba sentado en un macetero. Entre nueve policías lo rodean, lo tiran al suelo y le pegan varias patadas. “Fuentes policiales han señalado que Ramos fue detenido acusado de un delito de desobediencia a la autoridad después de que escupiera e insultara a unos agentes que le habían pedido que abandonara el lugar en el que se encontraba y se situara junto al resto de los periodistas.” Nada de esto se ve en el vídeo.
En fin, sólo falta que nos pasen el parte de policías heridos. Uno de ellos podría haberse hecho un esguince en un dedo del pie, ya que sin duda muchos manifestantes se lanzaron a las botas del oficial de policía para pegarle en la bota con sus traseros, espaldas, y cabezas. De hecho, según la Sra. Carrión “varios de ellos quitaron a un agente su gorra y que dos personas se subieron a las verjas del Ministerio para intentar colgar dos pancartas.” Lo de la gorra es una agresión intolerable, típica de los violentos.
Por último, según la delegada los actos de los violentos del 15-M se han reducido a “asaltar las instituciones, perturbar la paz y la convivencia ciudadana u ocupar ilícitamente el espacio público que es de todos los ciudadanos.” Ilícitamente quiere decir en términos inmorales e ilegales. Y yo me pregunto, ¿cómo se ocupa ilícitamente el espacio público? ¿Es que protestar no es un derecho civil contemplado en el Código Civil? ¿Quién está realmente perturbando la paz y la convivencia ciudadana?
Dejo estas preguntas en el aire. Me quedo con una impresión curiosa. Quitarle la gorra a un policía es un delito violento e intolerable. Hundir la economía de un país y dejar a millones de personas desempleadas, sin embargo, es un derecho inalienable.
Del balón al Mundo Atlántico 