Estimados Señores de El País:
Leo consternado el reportaje de 22 de Marzo titulado “Los amigos ‘abertzales’ de Hugo Chávez.” No es mi intención ofender al autor ni a ustedes, pero me parece innegable que el artículo es un ejercicio de sensacionalismo, demagogia, y confusión conceptual. El autor engloba las organizaciones políticas vascas nacionalistas de izquierdas (traducción de ‘abertzale’) bajo la bandera de ETA. Me parece clara y notoria la intención de silenciar opiniones políticas, una intención injusta y con consecuencias terribles sobre un conflicto que hace demasiados años que dura. La intención del autor del artículo es diametralmente opuesta a la consecución de la paz en el País Vasco.
Finalmente, para cualquier lector medianamente formado, es claro que la evidencia empírica que presenta el artículo contradice la tesis central del periodista. A pesar de que la organización vasca (Askapena) se lo explica con una claridad meridiana, y a pesar de que el activista politico venezolano Juan Contreras también explica claramente que su opción política es contraria a ETA, el periodista se obstina en convertirlos a todos en etarras. Apoya su argumento con esta base documental: un mural, en el que por cierto yo no veo a ningún encapuchado; un poster de las FARC en el despacho de la subdirectora de la radio; la aparición de un dirigente de Askapena en un acto de homenaje a Manuel Marulanda; las consignas políticas del mismo dirigente, y su aparición en una foto que estaba en poder de las FARC.
¿Dónde está el vínculo con ETA? Yo no lo veo por ninguna parte.
Déjenme preguntarles algo más. A ustedes, ¿este artículo les parece riguroso?
Del balón al Mundo Atlántico 