A El País se le acaban los argumentos

La columna publicada por Miguel Ángel Bastenier el 8 de enero de 2013 en El País sobre la situación política en Venezuela es una pieza de periodismo basado en la ficción y un ejemplo meridiano de falta de rigor y honestidad intelectual.

La columna, titulada “El hombre de un fantasma,” detalla cómo, de acuerdo a Bastenier, el gobierno venezolano del Presidente Chávez ha empezado a preparar la sucesión presidencial de una manera claramente antidemocrática y, a juzgar por lo que el autor destaca, apoyándose básicamente en el ejército.

Sin embargo, si hacemos un examen mínimamente riguroso de cómo ha evolucionado la política venezolana en los últimos 20 años, la tesis del Sr. Bastenier parece bastante pobre. Para empezar, el presidente Chávez ha ganado más referéndums que cualquier otro presidente venezolano, y es el que más a menudo los ha utilizado. Pese a que todas las elecciones en las que ha ganado han tenido observadores internacionales que han certificado que cumplieron los requisitos de justicia y transparencia, y pese a que agencias internacionales de análisis político han certificado el respeto a la ley en las elecciones venezolanas, para Bastenier las elecciones venezolanas simplemente “no han sido menos democráticas que cualesquiera otras en América Latina.” ¿Cómo se puede escribir de manera tan tendenciosa?

Además, según este periodista, “el artefacto ganador ha consistido, sin embargo, en que todo menos el voto esté cargado en favor del oficialismo.” Es decir, Chávez no ha ganado las elecciones por el éxito de sus programas sociales, sino porque “todo menos el voto” está “cargado de oficialismo.” Un análisis de resultados electorales muy peculiar, el del autor.

“(…) Y pese a ello, la oposición tiene un tercio de legisladores.” Un dato muy significativo: pese a controlar los medios de comunicación privados, mayoritarios en Venezuela, todo el resto de partidos políticos tiene un 33% de representantes electos, y la coalición del presidente, un 66%. Realmente, ¿alguien se cree que esta mayoría política, reiterada en las urnas durante dos décadas, se haya creado gracias a que “todo menos el voto esté cargado en favor del oficialismo”? Por favor, Sr. Bastenier, trata ud. a sus lectores como si tuvieran una disminución intelectual.

Lo más flagrante de todo es que, pese a haber desarrollado una tarea de fortalecimiento de la democracia importantísima, a través del uso del referéndum, de la participación ciudadana, de la alfabetización, y de la mejora de los indicadores de pobreza absoluta y pobreza relativa, el Sr. Bastenier tiene la desfachatez de argumentar entre líneas que el gobierno bolivariano pretende perpetuarse en el poder por la vía militar, y con el apoyo del ejército cubano. ¿Cómo es posible que un a gobierno que ha hecho mucho más por la democracia que cualquier otro en Venezuela se le analice desde esta perspectiva?

Su falta de rigor intelectual y su deshonestidad son muy tristes, Sr. Bastenier.

El País, Venezuela, y ETA

Estimados Señores de El País:

Leo consternado el reportaje de 22 de Marzo titulado “Los amigos ‘abertzales’ de Hugo Chávez.” No es mi intención ofender al autor ni a ustedes, pero me parece innegable que el artículo es un ejercicio de sensacionalismo, demagogia, y confusión conceptual. El autor engloba las organizaciones políticas vascas nacionalistas de izquierdas (traducción de ‘abertzale’) bajo la bandera de ETA. Me parece clara y notoria la intención de silenciar opiniones políticas, una intención injusta y con consecuencias terribles sobre un conflicto que hace demasiados años que dura. La intención del autor del artículo es diametralmente opuesta a la consecución de la paz en el País Vasco.

Finalmente, para cualquier lector medianamente formado, es claro que la evidencia empírica que presenta el artículo contradice la tesis central del periodista. A pesar de que la organización vasca (Askapena) se lo explica con una claridad meridiana, y a pesar de que el activista politico venezolano Juan Contreras también explica claramente que su opción política es contraria a ETA, el periodista se obstina en convertirlos a todos en etarras. Apoya su argumento con esta  base documental: un mural, en el que por cierto yo no veo a ningún encapuchado; un poster de las FARC en el despacho de la subdirectora de la radio; la aparición de un dirigente de Askapena en un acto de homenaje a Manuel Marulanda; las consignas políticas del mismo dirigente, y su aparición en una foto que estaba en poder de las FARC.

¿Dónde está el vínculo con ETA? Yo no lo veo por ninguna parte.

Déjenme preguntarles algo más. A ustedes, ¿este artículo les parece riguroso?

Andy Robinson Busca Preguntas Útiles

Antes me parece que era columnista, hoy mantiene un bloc, pero siempre en LA VANGUARDIA. Llevo siguiéndolo tres o cuatro años y siempre me ha gustado su trabajo, especialmente una columna que hizo hablando de Detroit, en donde mostraba cómo, sorprendentemente, los pobres de la ciudad tenían opiniones positivas acerca de la elite empresarial del lugar.

El 5 de Junio publicó una nueva entrada en su bloc, en donde da en el clavo donde hay que dar para entender la evolución de la política venezolana en los últimos 15 años. Más allá del contenido de la entrada, en la que muestra cómo Venezuela intenta combatir la crisis económica y su impacto sobre los pobres, quisiera destacar que Robinson busca la perspectiva de esos sectores de población. Así, él los entrevista para saber cómo evalúan las políticas sociales del presidente venezolano Hugo Chávez, o pulsa la opinión sobre la red de supermercados subvencionados por el estado.

Hay informadores sobre Latinoamérica, como es el caso de Joaquim Ibarz, del que hemos hablado mucho aquí, que no dudan en afirmar que los que votan a los políticos llamados por él “populistas” o “neopopulistas,” votan “con los pies.” Vargas Llosa y su hijo Álvaro llaman a estos votantes “idiotas” en el título del libro Manual del Perfecto Idiota Latinoamericano. Andy Robinson, en cambio, busca informar y comprender.

Joaquim Ibarz, ¿informando sobre Latinoamérica?

“Informo” del rescate de Ingrid Betancourt para poner a parir a Hugo Chávez y Rafael Correa. Ésta es la tendencia que sigue el artículo de Joaquim Ibarz en La Vanguardia, 6 de Julio de 2008. Vayamos al grano.

Ibarz (derecha) departiendo, aunque en sus artículos adoctrina

“El rescate sepulta el proyecto de revolución bolivariana continental que promovía Hugo Chávez. El presidente venezolano tuvo que replegar banderas, cambiar el discurso y abjurar de lo que juró ayer.” Sin embargo, el Presidente Chávez, quien a diferencia del Presidente Uribe no ha sido acusado de ser apoyado por un corrupto tercio del Parlamento, declaró recientemente que él apoyaba la liberación de Ingrid Betancourt y el fin de las acciones armadas de las FARC. ¿Es eso “cambiar el discurso” o “abjurar de lo que juró ayer”?

«Chávez quería cabalgar sobre una victoria de las FARC; tuvo un error de cálculo grandísimo al asociarse a una guerrilla narcotraficante. Cambió de discurso para no hundirse con las FARC,» cita Ibarz a Américo Martín. El periodista catalán olvida explicar la posición del Presidente venezolano respecto al conflicto que vive Colombia.

Por último, Ibarz aprovecha para criticar a Rafael Correa, presidente de Ecuador, ya que éste es de izquierdas. Basándose en afirmaciones cuanto menos vagas, Ibarz establece que “también quedó muy mal parado el presidente ecuatoriano Rafael Correa, quien ha mantenido una postura muy ambigua con respecto a las FARC, las que habrían financiado parte de su campaña electoral, según las revelaciones de la computadora de Raúl Reyes.” No contento con una afirmación basada en información de gelatina, se contradice a sí mismo al citar a Correa: “¿Saben quiénes son los mejores apoyos, las mejores bases para Uribe? Las FARC. Con todas las tonterías que hacen cuánta popularidad le dan a Uribe,» dijo el Presidente de Ecuador. ¿Son estas declaraciones una muestra de ambigüedad respecto a las FARC? A mí no me lo parecen.

En resumen, éste es un artículo que se apoya en la desinformación para extender una opinión equivocada acerca de la posición que dos presidentes latinoamericanos de izquierdas sostienen acerca de las FARC.

Hugo Chávez y la Democracia en Venezuela

En los últimos días he estado leyendo algunos artículos periodísticos y académicos sobre las últimas legislaturas en Venezuela. A raíz de un congreso sobre el período en presidencial de Chávez celebrado en la universidad de Howard, en Washington DC, he obtenido información útil sobre el tema que más me interesan de entre los relativos a la Venezuela actual: el combate a la pobreza (nota 1). En breve haré un resumen de las conclusiones más interesantes de dichas informaciones.

Sin embargo, hoy me gustaría detenerme a discutir brevemente la entrevista publicada en EL PAÍS al General Jorge Isaías Baduel, anterior aliado y en la actualidad opositor político del Presidente Chávez (nota 2). La verdad es que me ha sorprendido que la entrevista fuera tan limitada y tuviera tan poca calidad. De hecho, si la analizamos de cerca podemos percibir que lejos de dar un enfoque crítico a la información que el entrevistado puede aportar, el entrevistador –Francisco Peregil –únicamente busca reafirmar ciertas ideas con su entrevista.

El General Baduel, en la entrevista de EL PAÍS

La entrevista comienza con unas preguntas pensadas para que el General Baduel pueda expresar sus ideas, que aparentemente son bien conocidas por el periodista antes de la entrevista. Hasta aquí, todo normal. Pero a partir de ese momento, la entrevista deja de buscar información de cualquier tipo, y el periodista se limita a enunciar una serie de preguntas prefijadas pensadas para validar y reafirmar una serie de ideas contrarias al Presidente Chávez, tales como “ ¿Se siente espiado por el Gobierno?,” “ (…) si Chávez finalmente reconoció su derrota, que después calificaría como «derrota de mierda», fue gracias a la presión que usted ejerció en el estamento militar. (…) ¿Podría aclarar cuál fue su papel esa noche?,” o bien “¿Considera democrático el régimen venezolano?” Cuando menos, estas preguntas serían útiles para mostrar lo que llamamos la línea editorial de un diario, es decir, las ideas políticas a las que se adhiere.

Lo verdaderamente escandaloso viene en las últimas cuatro preguntas de las diez que consta la entrevista. “¿Cree que Chávez concluirá los cinco años que le quedan de mandato?,” “¿Pero Chávez concluirá su mandato?,” “¿Hay un estado de malestar en el Ejército?,” y “¿Cree que esa inquietud puede derivar en insurrección?” Me parece bastante obvio que la entrevista pasa a tener una intencionalidad clara. El entrevistador busca una respuesta, el anuncio de insurrección armada en Venezuela para derrocar al Gobierno constitucional, y para hallarla no duda en repetir la pregunta sobre la conclusión del mandato presidencial.

¿Qué tipo de ideas pueden formarse los lectores de EL PAÍS leyendo una entrevista semejante? ¿Serán ideas sólidas, fundamentadas en una cobertura informativa objetiva, veraz y completa? Los lectores, ¿estarán bien informados sobre la situación política de Venezuela? ¿Por qué EL PAÍS no hace reportajes informando de la reducción de la pobreza en Venezuela, o sobre el éxito de los programas sociales del gobierno venezolano?

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1. Marc Becker, “Report From Venezuela Solidarity Simposium,” NACLA: Report on the Americas, April 2008, http://nacla.org/node/4592
2. http://www.elpais.com/articulo/internacional/presidente/Chavez/solo/quiere/perpetuarse/poder/elpepuint/20080430elpepiint_8/Tes